Los rojos están aquí.

30/11/1939.  11:00 A.M. 0 Grados Celsius.

Localización: Cerca de la frontera. 

Mäkinen respiro aliviado, apoyado en un árbol, tomó aire antes de mirar atrás. Nadie le seguía. 

Debía avanzar lo mas rápido posible, sacó las raquetas de nieve y se las puso en los pies. Los dos kilómetros que separaban el puesto avanzado de la granja donde se encontraba el Vänrikki Raikonen fueron eternos, las imágenes del combate se repetían una y otra vez  en su cabeza.

Mientras se acercaba comenzó a ver humo, la granja debía estar ardiendo. ¿Habría llegado tarde? Mäkinen preparo su fusil, y se acerco sigilosamente. La granja estaba ardiendo,  vio el cuerpo de un caballo destrozado, impactos de proyectiles de gran calibre. Y entre los restos vio al Kersantti Ranta, que intentaba reanimar a un compañero. 

- ¡Ranta!- grito 

Ranta se giro cogiendo su fusil.

- Mäkinen, me alegro de verte, ¿estas solo?- Contesto aliviado. 

- ¡Los rojos están aquí! Nos atacaron hará una hora o así, Aleksandra ha muerto. 

- Hemos sido bombardeados, ya los ves, solo estamos tu y yo en pie- Ranta se sentó, quitándose su gorro y se rascó la cabeza- pasaron varias oleadas de aviones, nunca había visto tantos juntos. Supongo que irían a Kuhmo, avanzarán por la carretera. Y uno de ellos nos dejo el regalo que ves- señaló hacia la granja-  Raikonen muerto, Emil esta bajo los escombros, y ya ves a Huugo. 

Ranta pasó su mano por la cara  durante unos segundos- Ya lloraremos mañana- murmuro mientras miraba su reloj. 

En un par de horas puedo llegar Hukkarjarvi, allí deben estar los hombres de la 4ª sección, y podemos organizar la defensa ¿Tienes comida? Allí hay unas latas de salchichas. Quiero que vayas al norte y reúnas al resto de puestos avanzados.

Ranta empezó a revisar su mochila

-Supongo que los rusos intentaran tomar el pueblo, si llegan os esperaremos en alguna de las casas de la parte este. Si hay combates quemaremos nuestro cuartel y mañana nos moveremos a Kanerva. Es importante que nos reunamos todos los hombres lo antes posible- añadió mientras cargaba a la espalda su mochila- No hay tiempo que perder. Mucha suerte....





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